Soy sospechosa de vida oculta.
Me encadenan al carro mortuorio
y me arrastran por las calles,
a mi paso los perro me persiguen,
los religiosos hacen muecas de asco
y los puritanos escupen al suelo.
Y todo por conseguir esos ojos señoriales
y buscar la conexión de nuestras pieles.
Aunque no vengan tiempos mejores
y ese calvarios sea definitivo...
¡Esta fue mi elección señores!
Medea
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