con un mensaje de grafías indelebles.
"Te quiero, te necesito" se vislumbraba opacamente.
Abrí las manos para tocarla,
se desvaneció entre mis dedos
cual humo de cigarrillos que se mezclan con el viento.
La noche llega,
ocultando en la obscuridad a la pequeña paloma mensajera
que ahora dice un adiós suspendido en el silencio...
Medea
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