jueves, 17 de abril de 2008

El tiempo se hizo añejo entre los cafés y cigarrillos,
cómplices perfectos de humores fingidos e historias de atardeceres eternos.
Historias entretejidas entre mariposas viajeras.
Historias que se arrastran como perros malheridos
vomitando sentimientos.
Sentimientos que el calor consume
por beberse lentamente la nostalgia
y los placeres se duermen entre
recuerdos y canciones del pasado.
Pasado que se embarca
con la puesta del sol, hacia el olvido.
Olvido que se hace polvo entre cafés y cigarrillos.
Cigarrillos que se consumen
porque el tiempo se ha hecho añejo.


Medea

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