martes, 29 de abril de 2008


La noche aproxima el calor de tu cuerpo entre las sombras pálidas de mi habitación.
Dejame gozarte con mi insipiente lengua.
Déjame roerte en silencio, lentamente como un suspiro.
Ven...
Acercate, antes de que el sueño termine y nos difuminemos los dos.


Medea

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