miércoles, 18 de febrero de 2009

Libros que inspiraron al rock

¿De qué temas se canta en algunas canciones del género? ¿En qué se han inspirado los músicos para bautizar a sus bandas? ¿Acaso todo tiene que ver insulsamente con sexo, drogas y rock and roll? Parece ser que no.

Tanto en líricas como en concepto, muchas obras literarias se encuentran filtradas en las guitarras que escuchamos de nuestros artistas preferidos. Sin embargo, muchos anteponemos la música por sobre los textos, sin darnos la oportunidad de leerlos, o de plano ignoramos por completo que existe tal relación.

En la joya psicodélica de los Beatles, Tomorrow never knows, John Lennon canta fragmentos del Libro Tibetano de los Muertos por medio de un micrófono suspendido sobre la batería de Ringo. Esas guitarras sobrepuestas adquieren otra dimensión cuando ponemos atención a esos rituales, además de que nos ayudan a entender la fascinación que tenía el cuarteto por la cultura de oriente.

No es de extrañar que un amante de la poesía como Jim Morrison convenciera a sus compañeros de bautizar a su banda como The Doors tomado precisamente de The Doors of Perception de Aldous Huxley, un estudioso de la parapsicología y la filosofía mística. El título de esa novela proviene a su vez de un poema de William Blake que a la letra dice: “si las puertas de la percepción fueran purificadas, el hombre podría ver las cosas como realmente son: infinitas”.

No tan famoso era el libro pulp The Velvet Undeground de Michael Leigh, mismo que Jim Tucker, hermano de la baterista Maureen Tucker, encontró tirado en la calle. Si tomamos en cuenta que sus páginas retrataban puro y absoluto sadomasoquismo, comprenderemos mejor el por qué de las letras sobre drogas y con alto contenido sexual que proponía Lou Reed.

Incluso un subgénero del rock podría agradecerle su nombre a un libro. Una versión relata que la revista Rolling Stone junto con el editor Barry Giffod empleó la etiqueta “heavy metal” para referirse al estilo más pesado del género. El término proviene del Chico Heavy Metal, personaje de The Soft Machine de William Burroughs, famoso ensayista de la influyente Generación Beat.

Favorito de muchos, Howard Phillips Lovecraft inspiró al grupo homónimo de rock psicodélico. Y es que esos relatos de terror y ciencia ficción gozaban de cierta empatía, no sólo con la música de la década de los sesenta, sino también con el metal, desde Black Sabbath y su rola Behind The Wall of Sep hasta Metallica con The Call of Ktulu el también cuento corto del novelista y uno de los más famosos.

Del estilo también es Edgar Allan Poe, quien además de escribir El corazón delator imaginó Los crímenes de la calle Morgue que describe el asesinato de una madre y su hija. Lo suficientemente sangriento para que Iron Maiden tocara a guitarrazos una pieza con el mismo título para el álbum Killers.

Hablando de autores oscuros, alguna vez Robert Smith de The Cure reconoció que la supuestamente racista Killing an Arab en realidad se basaba en El Extranjero de Albert Camus, donde el personaje principal dispara a un árabe que está de pie en una playa, luego de mirar el mar y cegarse por la luz del sol.

Curioso es que la banda progresiva Marillion se llamaba en sus inicios Silmarillion, en honor a la recopilación de J.R.R. Tolkien, la pluma detrás de El Señor de los Anillos. Tal parece que la palabra se modificó tras algunos problemas jurídicos con quienes detentaban los derechos de ese compendio.

Creadores de Waterfall, los desaparecidos Stone Roses le deben su nombre a Sarah Gainham, quien imaginó su novela homónima de espías situada en los años cincuenta. La inglesa es mejor conocida por Night Falls on the City el primero de tres tomos sobre la vida en Viena bajo el régimen de los nazis.

Los videos musicales también han retomado aspectos de la literatura. Las imágenes de la muy coreada Losing My Religion de REM se basan en el cuento Un señor muy viejo con unas alas enormes de Gabriel García Márquez, en donde un ángel que cae del cielo es exhibido como fenómeno de circo por una ambiciosa pareja.

Aunque el mismo Kurt Cobain admitía no tener idea de las letras que escribía –entre ellas Smells Like Teen Spirit– Nirvana grabó Scentless Apprentice que recoge pasajes de El perfume de Patrick Süskind. El fallecido vocalista declaró en su momento a Spin sentirse como el delirante protagonista: fascinado por los olores.

En español, me viene a la mente Café Tacuba y Las Batallas rescatando las divertidas líneas de Batallas en el Desierto de José Emilio Pacheco. También la obvia influencia de Jorge Luis Borges en Gustavo Cerati, con sólo comparar Aquí y Ahora del Bocanada con El jardín de senderos que se bifurcan. Y me dicen que Julieta Venegas se apodaba como La Milagrosa de Carmen Boullosa, además de que el tema Antes hace referencia a la novela de la misma escritora.

Finalmente, una ferviente seguidora de Fabulosos Cadillacs me revela que en el disco Rey Azúcar existen dos canciones con referencias literarias: Venas Abiertas de América Latina asociado al ensayo (prohibido en su tiempo) del uruguayo Eduardo Galeano, así como Saco Azul (donde participa la esposa de Vicentico) con frases rescatadas de Las Cuitas del Joven Werther de Johann Wolfgang von Goethe.

Rubén Castro

martes, 17 de febrero de 2009

Así terminó todo.

Las palabras sobraron.

Con el viento te fuiste,

la noche te tragó.

La melancolía tomo tu lugar

Y te convertiste en recuerdo.

Un triste recuerdo de lo que fue y que nunca volverá.

Con las manos caídas,

Recogiendo los pedazos rotos de mi vida,

deambulo por las entrañas de la tierra

que se nutren con el agua salitre de mis ojos.

Así termino todo… y ya no más.

Cargando la perpetua soledad,

arrastrando la pesadumbre,

voy dando pasos cansados hacia la nada,

lamiendo la sombra herida de mi cuerpo.

Medea

miércoles, 4 de febrero de 2009

Nada... (II)

Nada. Dejó se ser para serle y ahora nada. Enclaustrada en su ser crea noches artificiales para lamerse las heridas y exhalar lamentaciones. Vive entre el sueño y la realidad, aunque a veces parezca una pesadilla.
La noche y el día se confunden entre los cafés y los cigarrillos. Las historias son pasajeras y las charlas son tiradas a la basura al sacudir los manteles.
El tiempo dejó de ser tiempo, viejos almanaques dan la razón, y la espera es un motivo para partir. Las ausencias corporales de entes que se cruzaron por su camino, son diapositivas borrosas de un pasado obligado a no ser recordado.
El camino no es largo, es alargado forzosamente por unos pasos aletargados… cansados. La mirada ya no está en el camino, esta ausente, distante, perdida. Ya no mira la luna, ya no le exige nada a las estrellas, ya no se sorprende con el brillo de las farolas… ya no quiere soñar, se cansó de soñar.
Paso a paso va arrastrando su patético cuerpo por las entrañas de la tierra. Mezclándose entre las multitudes desaparece, dejando pedazos de piel putrefacta tras su andar. Es absorbida por la noche como un grito en el silencio, es tragada por un Dios egoísta y cruel que jugó con ella como con un títere. La nostalgia cae en sus ojos, tan vacíos de tanto llorar, y la pesadumbre se mete en su cama, le roba el sueño... y ríe. Se burla de su cuerpo hueco y falto de glorias...
Escribe por no estar o por estar a medias. Viaja del jamás al que se yo… con alacranes en su boca… rechazando todos los sacramentos… con la inadaptación de aprender a olvidar termina clavada en una cruz con un ladrón a cada lado, rompiendo las catedrales de sus esperanzas.
Busca la aniquilación que le fue prohibida en otro tiempo pero la lentitud de la sangre en sus venas le recuerda que vive en la estación de la opacidad autocondenada. Abrigándose con las tristes canciones del ayer, espera, no sabe lo que espera pero espera. De pie y con las alas rotas se percata de que su alma es un triste bosque oscuro donde yacen los escombros de su vida y donde la fantasía de estar muerta contrasta con la realidad de que aun viva. Se sabe hija de la soledad, obligada a seguir narrando una historia sin final.

Medea

lunes, 2 de febrero de 2009

Para ustedes en Gaza

Bajo la sombra de mi mano sobre este papel
Escribo estas palabras solo
para ustedes en Gaza

La noche aquí es más fría
porque sabe de los cuerpos
de ustedes que yacen en las calles

El silencio de esta noche de cristal
repite sin cesar los nombres
de los suyos asesinados en el día

Las estrellas aparecen sobre nosotros
para dar testimonio contra la herida
que les abren en el corazón

Los montes no dicen nada
porque ninguna palabra puede sufrir
como ustedes en Gaza

Pero todo esto es una mentira sin remedio
pues no sé porque estoy aquí
mientras mueren ustedes en Gaza.

Yves Berger*

*Yves Berger, notable artista visual nacido en la Alta Savoya, Francia (1978), ha trabajado en talleres de dibujo con niños palestinos, en los campamentos de Gaza.