jueves, 10 de abril de 2008


Deambulo bajo la empañada faz de la luna de esta ciudad putrefacta.
Las farolas alumbran el eco de mis pasos.
Calle tras calle, la gente duerme,
paso tras paso, me voy sumergiendo en el silencio.
Las tinieblas de mi espíritu amenazan con aniquilarme,
las puertas oxidadas, iluminadas por las farolas,
se burlan de mi ser humillado y cansado.
La oscuridad me atrapa, la luna me ignora,
el eco me señala...
Paso tras paso, calle tras calle y nada...
Oscuridad y silencio,
misterio y soledad,
muerte y resurrección...
Sigo andando y paso tras paso recorro mi tenebroso y triste camino
convirtiéndome en eco, en polvo, en nada.

Medea

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