martes, 10 de noviembre de 2009

La noche da a mis sueños la forma de tu cuerpo.
Sólo hay silencios, silencios que laceran, que atormentan.
Soledades que ahoga el sentir que brota de mi cuerpo.
Eres el viento nocturno que acarician las llagas de mi mente,
y yo, sólo soy una miserable voz incendiada.

La memoria perfuma los recuerdos con nostalgias.
Quiero decirte lo que calla ni boca muda
más mi mirada se quiebra bajo las sombras de tu rostro.
La sangre arde en suspiros, la pasión me ahoga.
Eres el beso no dado, el más deseado,
Y yo, una triste sombra que carcome sueños.

La noche esta consumiéndose.
El amanecer se aproxima sembrando nostalgias
y carcomiendo los ensueños rotos de mis pupilas muertas.
Eres la sombra que declara guerra a mi paz
Y yo sólo te miro entre los ecos mudos de mi silencio

La luz rompe los muros de los versos que escribo,
dejando que mueran las horas que transforman las herida que no cierran.
Vienes a mí sólo para marcharte.
Eres el ángel que tocó mi corazón sin saberlo
Y yo soy el deseo errante que deshoja margaritas en un balcón de sueños.

Medea

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