las noches que nos unen y nos separan,
las sombras de tu rostro,
y sentir que tu nombre ya no pertenece a mis labios.
Duele el viento que baña mi cuerpo,
la rabia de las palabras enclaustradas,
los versos que escribo,
y las soledades en mi puerta.
Duelen los abismos oscuros de la mente,
las lagrimas recientes,
la desdicha de sentirme aún tuya,
y el seguir reconociéndome en tus ojos.
Duelen los mitos nostálgicos
las ausencias,
la necedad de vivir,
y la oscuridad que resbala por mis ojos.
Duele el tiempo,
la herida que afirma mi existencia,
las ruinas del fracaso
y la insuficiencia de olvido.
Medea
No hay comentarios:
Publicar un comentario