sábado, 16 de agosto de 2008

Las grafías son maldiciones del poeta fracasado en amores.
Quisiera arrancarlas como pedazos de carne podrida y aventarlas a los perros hambrientos… ya nada le sirve.
El poeta quisiera calcinar los deseos como consume cigarrillos, beberse al agua salada que inundan sus ojos como bebe mezcal corriente.
El poeta quisiera descansar porque hasta en sueños esta despierto.
Él no escribe poemas, escribe su vida, no con la intención de contara sino de cambiarla.
El poeta quisiera hundirse en el abismo de las letras extraviadas y ahogarse en la putrefacta sombra de su soledad… dueño absoluto de su autoridad.

Medea

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